Foto: truth-behind-the-stories

La historia de Margaretha von Waldeck, considerada por muchos como la verdadera Blancanieves, se entrelaza con la fantasía y la realidad, construyendo un relato que ha perdurado a lo largo de los siglos. Los Hermanos Grimm, famosos por sus cuentos, parecen haberse inspirado en la vida de esta noble alemana para crear el relato de Blancanieves y los Siete Enanitos. Margaretha, nacida en 1533, era hija de Philip IV, Conde de Waldeck-Wildungen, y destacaba por su inigualable belleza, caracterizada por su piel clara y labios rojos.

Margaretha vivió su infancia en un entorno repleto de tensiones familiares. Tras la muerte de su madre cuando ella tenía tan solo cuatro años, su padre contrajo matrimonio con Katharina von Harzfeld, una mujer conocida por su vanidad. Al crecer en medio de resentimientos y desprecios por parte de su madrastra, a los 16 años, fue enviada a la corte real de Bruselas en busca de un marido adecuado. Allí, la joven condesa y el futuro rey Felipe II de España se enamoraron, pero su amor fue obstaculizado por conflictos políticos y por la continua enemistad con Katharina.

La trágica vida de Margaretha culminó con su prematura muerte a los 21 años en 1554, víctima de una misteriosa enfermedad, alimentando las especulaciones de un posible envenenamiento. El relato de Margaretha no habla de una manzana envenenada, pero curiosamente, en su pueblo natal, un hombre fue arrestado por envenenar manzanas años después de su muerte. Además, la región alemana donde Margaretha creció, rica en depósitos de cobre, tenía minas propiedad de su familia donde trabajaban niños en condiciones infrahumanas, y debido a las deformidades que adquirían, eran llamados «enanitos». Este entrelazado de realidades y leyendas ha convertido la historia de Margaretha en un relato tan mágico como conmovedor, resonando en la cultura popular como el cuento inolvidable de Blancanieves.

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